12/02/2010

Escucha a tu corazón

A veces tenemos pálpitos , intuiciones que nos hablan de forma expresa de lo que tenemos que hacer en nuestra vida pero enseguida escuchamos lo que nos dice nuestra mente , llena de filtros y  prejuicios ... craso error , porque a partir de ahí nos llega el sufrimiento , por la distancia entre lo que en verdad sentimos en lo más profundo de nuestro SER y lo que hacemos guiados por nuestra mente. En este texto Neale Donald Walsch nos habla precisamente de esto. Espero que os guste y recuerda: "escucha a tu corazón"

En este día de tu vida, sé que Dios quiere que sepas que “vuestros corazones conocen en silencio los secretos de los días y las noches”.
Kahlil Gibran lo dijo y tenía razón. Escucha a tu corazón.
Cultiva la habilidad de hacerlo. Practícalo. Hazlo. Perfecciónalo.
No es difícil. Sólo tienes que estar tranquilo y por dios bendito, no escuches a tu mente.
No encontrarás la verdad ahí. Puede que encuentres la respuesta, pero no será la verdad a menos que coincida con la respuesta de tu corazón.
Crees que hay mucho más que saber de la vida aparte de esto, pero no es así.
Tu corazón tiene la clave. Tu corazón tiene la sabiduría. Tu corazón tiene el futuro.
Tu mente sólo conoce el pasado. Se imagina que el futuro será justo como ayer, así que basa sus decisiones en eso.
Sólo tu corazón puede ver más allá del horizonte de la memoria.

de Neale Donald Walsch

LA HISTORIA DEL LÁPIZ

El niño miraba al abuelo escribir una carta. En un momento dado, le preguntó:
–¿Estás escribiendo una historia que nos pasó a los dos? ¿Es, quizá, una historia sobre mí?
El abuelo dejó de escribir, sonrió y dijo al nieto:
–Estoy escribiendo sobre ti, es cierto. Sin embargo, más importante que las palabras es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas.
El niño miró el lápiz, intrigado, y no vio nada de especial.
–¡Pero si es igual a todos los lápices que he visto en mi vida!
–Todo depende del modo en que mires las cosas. Hay en él cinco cualidades que, si consigues mantenerlas, harán de ti una persona por siempre en paz con el mundo.
Primera cualidad: puedes hacer grandes cosas, pero no olvides nunca que existe una mano que guía tus pasos. A esta mano nosotros la llamamos Dios, y Él siempre te conducirá en dirección a su voluntad.
Segunda: de vez en cuando necesito dejar de escribir y usar el sacapuntas. Eso hace que el lápiz sufra un poco, pero al final está más afilado. Por lo tanto, debes ser capaz de soportar algunos dolores, porque te harán mejor persona.
Tercera: el lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar aquello que está mal. Entiende que corregir algo que hemos hecho no es necesariamente algo malo, sino algo importante para mantenernos en el camino de la justicia.
Cuarta: lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que hay dentro. Por lo tanto, cuida siempre de lo que sucede en tu interior.
Finalmente, la quinta cualidad del lápiz: siempre deja una marca. De la misma manera, has de saber que todo lo que hagas en la vida dejará trazos, e intenta ser consciente de cada acción.

 Extracto del libro “Ser como un río que fluye”

11/18/2010

La física moderna dice "Tú si puedes"

Llevo bastante tiempo sin compartir nada con vosotros , así que hoy me permito poner este artículo que aunque algo extenso es muy interasante para ver que también la ciencia apoya la idea de que somos nosotros los que construimos nuestra realidad. No te esperes más y empieza a construir ya la tuya, desde la consciencia de lo que de verdad deseas , no desde la inconsciencia de lo se ha ido quedando escrito en tus paredes como producto de las experiencias y emcociones vividas y no siempre elegidas....


Durante décadas, los poderes de la mente han sido cuestiones asociadas al mundo “esotérico”, cosas de locos. La mayor parte de la gente desconoce que la mecánica cuántica, es decir, el modelo teórico y práctico dominante hoy día en el ámbito de la ciencia, ha demostrado la interrelación entre el pensamiento y la realidad. Que cuando creemos que podemos, en realidad, podemos. Sorprendentes experimentos en los laboratorios más adelantados del mundo corroboran esta creencia.

El estudio sobre el cerebro ha avanzado mucho en las últimas décadas mediante las “tomografías”. Conectando electrodos a este órgano, se determina donde se produce cada una de las actividades de la mente. La fórmula es bien sencilla: se mide la actividad eléctrica mientras se produce una actividad mental, ya sea racional, como emocional, espiritual o sentimental y así se sabe a qué área corresponde esa facultad.

Estos experimentos en neurología han comprobado algo aparentemente descabellado: cuando vemos un determinado objeto aparece actividad en ciertas partes de nuestro cerebro… pero cuando se exhorta al sujeto a que cierre los ojos y lo imagine, la actividad cerebral es ¡idéntica! Entonces, si el cerebro refleja la misma actividad cuando “ve” que cuando “siente”, llega la gran pregunta: ¿cuál es la Realidad? “La solución es que el cerebro no hace diferencias entre lo que ve y lo que imagina porque las mismas redes neuronales están implicadas; para el cerebro, es tan real lo que ve como lo que siente”, afirma el bioquímico y doctor en medicina quiropráctica, Joe Dispenza en el libro “¿y tú qué sabes?”. En otras palabras, que fabricamos nuestra realidad desde la forma en que procesamos nuestras experiencias, es decir, mediante nuestras emociones.

La farmacia del cerebro

En un pequeño órgano llamado hipotálamo se fabrican las respuestas emocionales. Allí, en nuestro cerebro, se encuentra la mayor farmacia que existe, donde se crean unas partículas llamadas “péptidos”, pequeñas secuencias de aminoácidos que, combinadas, crean las neurohormonas o neuropéptidos. Ellas son las responsables de las emociones que sentimos diariamente. Según John Hagelin, profesor de física y director del Instituto para la ciencia, la tecnología y la política pública de la Universidad Maharishi, dedicado al desarrollo de teorías del campo unificado cuántico: “hay química para la rabia, para la felicidad, para el sufrimiento, la envidia…”

En el momento en que sentimos una determinada emoción, el hipotálamo descarga esos péptidos, liberándolos a través de la glándula pituitaria hasta la sangre, que conectará con las células que tienen esos receptores en el exterior. El cerebro actúa como una tormenta que descarga los pensamientos a través de la fisura sináptica. Nadie ha visto nunca un pensamiento, ni siquiera en los más avanzados laboratorios, pero lo que sí se ve es la tormenta eléctrica que provoca cada mentalismo, conectando las neuronas a través de las “fisuras sinápticas”.

Cada célula tiene miles de receptores rodeando su superficie, como abriéndose a esas experiencias emocionales. Candance Pert, poseedora de patentes sobre péptidos modificados y profesora en la universidad de medicina de Georgetown, lo explica así: “Cada célula es un pequeño hogar de conciencia. Una entrada de un neuropéptido en una célula equivale a una descarga de bioquímicos que pueden llegar a modificar el núcleo de la célula”.

Nuestro cerebro crea estos neuropéptidos y nuestras células son las que se acostumbran a “recibir” cada una de las emociones: ira, angustia, alegría, envidia, generosidad, pesimismo, optimismo… Al acostumbrarse a ellas, se crean hábitos de pensamiento. A través de los millones de terminaciones sinápticas, nuestro cerebro está continuamente recreándose; un pensamiento o emoción crea una nueva conexión, que se refuerza cuando pensamos o sentimos “algo” en repetidas ocasiones. Así es como una persona asocia una determinada situación con una emoción: una mala experiencia en un ascensor, como quedarse encerrado, puede hacer que el objeto “ascensor” se asocie al temor a quedarse encerrado. Si no se interrumpe esa asociación, nuestro cerebro podría relacionar ese pensamiento-objeto con esa emoción y reforzar esa conexión, conocida en el ámbito de la psicología como “fobia” o “miedo”.

Todos los hábitos y adicciones operan con la misma mecánica. Un miedo (a no dormir, a hablar en público, a enamorarse) puede hacer que recurramos a una pastilla, una droga o un tipo de pensamiento nocivo. El objetivo inconsciente es “engañar” a nuestras células con otra emoción diferente, generalmente, algo que nos excite, “distrayéndonos” del miedo. De esta manera, cada vez que volvamos a esa situación, el miedo nos conectará, inevitablemente, con la “solución”, es decir, con la adicción. Detrás de cada adicción (drogas, personas, bebida, juego, sexo, televisión) hay pues un miedo insertado en la memoria celular.

La buena noticia es que, en cuanto rompemos ese círculo vicioso, en cuanto quebramos esa conexión, el cerebro crea otro puente entre neuronas que es el “pasaje a la liberación”. Porque, como ha demostrado el Instituto Tecnológico de Massachussets en sus investigaciones con lamas budistas en estado de meditación, nuestro cerebro está permanentemente rehaciéndose, incluso, en la ancianidad. Por ello, se puede desaprender y reaprender nuevas formas de vivir las emociones.

Mente creadora

Los experimentos en el campo de las partículas elementales han llevado a los científicos a reconocer que la mente es capaz de crear. En palabras de Amit Goswani, profesor de física en la universidad de Oregón, el comportamiento de las micropartículas cambia dependiendo de lo que hace el observador: “cuando el observador mira, se comporta como una onda, cuando no lo hace, como una partícula”. Ello quiere decir que las expectativas del observador influyen en la Realidad de los laboratorios… y cada uno de nosotros está compuestos de millones de átomos.
Traducido al ámbito de la vida diaria, esto nos llevaría a que nuestra Realidad es, hasta cierto punto, producto de nuestras propias expectativas. Si una partícula (la mínima parte de materia que nos compone) puede comportarse como materia o como onda… Nosotros podemos hacer lo mismo.

La realidad molecular

Los sorprendentes experimentos del científico japonés Masaru Emoto con las moléculas de agua han abierto una increíble puerta a la posibilidad de que nuestra mente sea capaz de crear la Realidad. “Armado” de un potente microscopio electrónico con una diminuta cámara, Emoto fotografió las moléculas procedentes de aguas contaminadas y de manantial. Las metió en una cámara frigorífica para que se helaran y así, consiguió fotografiarlas. Lo que encontró fue que las aguas puras creaban cristales de una belleza inconmensurable, mientras que las sucias, sólo provocaban caos. Más tarde, procedió a colocar palabras como “Amor” o “Te odio”, encontrando un efecto similar: el amor provocaba formas moleculares bellas mientras que el odio, generaba caos.

Por último, probó a colocar música relajante, música folk y música thrash metal, con el resultado del caos que se pudieron ver en las fotografías.
La explicación biológica a este fenómeno es que los átomos que componen las moléculas (en este caso, los dos pequeños de Hidrógeno y uno grande de Oxígeno) se pueden ordenar de diferentes maneras: armoniosa o caóticamente. Si tenemos en cuenta que el 80% de nuestro cuerpo es agua, entenderemos cómo nuestras emociones, nuestras palabras y hasta la música que escuchamos, influyen en que nuestra realidad sea más o menos armoniosa. Nuestra estructura interna está reaccionando a todos los estímulos exteriores, reorganizando los átomos de las moléculas.

El valioso vacío atómico

Aunque ya los filósofos griegos especularon con su existencia, el átomo es una realidad científica desde principios de siglo XX. La física atómica dio paso a la teoría de la relatividad y de ahí, a la física cuántica. En las escuelas de todo el mundo se enseña hoy día que el átomo está compuesto de partículas de signo positivo (protones) y neutras (neutrones) en su núcleo y de signo negativo (electrones) girando a su alrededor. Su organización recuerda extraordinariamente a la del Universo, unos electrones (planetas) girando alrededor de un sol o núcleo (protones y neutrones). Lo que la mayoría desconocíamos es que la materia de la que se componen los átomos es prácticamente inexistente. En palabras de William Tyler, profesor emérito de ingeniería y ciencia de la materia en la universidad de Stanford, “la materia no es estática y predecible. Dentro de los átomos y moléculas, las partículas ocupan un lugar insignificante: el resto es vacío”.
En otras palabras, que el átomo no es una realidad terminada sino mucho más maleable de lo que pensábamos. El físico Amit Goswani es rotundo: “Heinsenberg, el codescubridor de la mecánica cuántica, fue muy claro al respecto; los átomos no son cosas, son TENDENCIAS. Así que, en lugar de pensar en átomos como cosas, tienes que pensar en posibilidades, posibilidades de la consciencia. La física cuántica solo calcula posibilidades, así que la pregunta viene rápidamente a nuestras mentes, ¿quién elige de entre esas posibilidades para que se produzca mi experiencia actual? La respuesta de la física cuántica es rotunda: La conciencia está envuelta, el observador no puede ser ignorado”.

¿Qué realidad prefieres?

El ya famoso experimento con la molécula de fullerano del doctor Anton Zeillinger, en la Universidad de Viena, testificó que los átomos de la molécula de fullerano (estructura atómica que tiene 60 átomos de cárbón) eran capaces de pasar por dos agujeros simultáneamente. Este experimento “de ciencia ficción” se realiza hoy día con normalidad en laboratorios de todo el mundo con partículas que han llegado a ser fotografiadas. La realidad de la bilocación, es decir, que “algo” pueda estar en dos lugares al mismo tiempo, es algo ya de dominio público, al menos en el ámbito de la ciencia más innovadora. Jeffrey Satinover, ex presidente de la fundación Jung de la universidad de Harvard y autor de libros como “El cerebro cuántico” y “El ser vacío”, lo explica así: “ahora mismo, puedes ver en numerosos laboratorios de Estados Unidos, objetos suficientemente grandes para el ojo humano, que están en dos lugares al mismo tiempo, e incluso se les puede sacar fotografías. Yo creo que mucha gente pensará que los científicos nos hemos vuelto locos, pero la realidad es así, y es algo que todavía no podemos explicar”.

Quizás porque algunos piensen que la gente “de a pie” no va a comprender estos experimentos, los científicos todavía no han conseguido alertar a la población de las magníficas implicaciones que eso conlleva para nuestras vidas, aunque las teorías anejas sí forman parte ya del dominio de la ciencia divulgativa.

Seguramente la teoría de los universos paralelos, origen de la de la “superposición cuántica”, es la que ha conseguido llegar mejor al gran público. Lo que viene a decir es que la Realidad es un número “n” de ondas que conviven en el espacio-tiempo como posibilidades, hasta que UNA se convierte en Real: eso será lo que vivimos. Somos nosotros quienes nos ocupamos, con nuestras elecciones y, sobre todo, con nuestros pensamientos (“yo sí puedo”, “yo no puedo”) de encerrarnos en una realidad limitada y negativa o en la consecución de aquellas cosas que soñamos. En otras palabras, la física moderna nos dice que podemos alcanzar todo aquello que ansiamos (dentro de ese abanico de posibilidades-ondas, claro).

En realidad, los descubrimientos de la física cuántica vienen siendo experimentados por seres humanos desde hace milenios, concretamente, en el ámbito de la espiritualidad. Según el investigador de los manuscritos del Mar Muerto, Greg Braden, los antiguos esenios (la comunidad espiritual a la que, dicen, perteneció Jesucristo) tenían una manera de orar muy diferente a la actual. En su libro “El efecto Isaías: descodificando la perdida ciencia de al oración y la plegaria”, Braden asegura que su manera de rezar era muy diferente a la que los cristianos adoptarían. En lugar de pedir a Dios “algo”, los esenios visualizaban que aquello que pedían ya se había cumplido, una técnica calcada de la que hoy se utiliza en el deporte de alta competición, sin ir más lejos. Seguramente, muchos han visto en los campeonatos de atletismo cómo los saltadores de altura o pértiga realizan ejercicios de simulación del salto: interiormente se visualizan a sí mismos, ni más ni menos que realizando la proeza. Esta técnica procede del ámbito de la psicología deportiva, que ha desarrollado técnicas a su vez recogidas del acervo de las filosofías orientales. La moderna Programación Neurolingüística, usada en el ámbito de la publicidad, las relaciones públicas y de la empresa en general, coincide en recurrir al tiempo presente y a la afirmación como vehículo para la consecución de los logros. La palabra sería un paso más adelante en la creación de la Realidad, por lo que tenemos que tener cuidado con aquello que decimos pues, de alguna manera, estamos atrayendo esa realidad.

La búsqueda científica del alma

En las últimas décadas, los experimentos en el campo de la neurología han ido encaminados a encontrar donde reside la conciencia. Fred Alan Wolf, doctor en física por la universidad UCLA, filósofo, conferenciante y escritor lo explica así en “¿Y tú qué sabes?” de la que se espera la segunda parte en pocos meses: “Los científicos hemos tratado de encontrar al observador, de encontrar la respuesta a quién está al mando del cerebro: sí, hemos ido a cada uno de los escondrijos del cerebro a encontrar el observador y no lo hemos hallado; no hemos encontrado a nadie dentro del cerebro, nadie en las regiones corticales del cerebro pero todos tenemos esa sensacion de ser el observador”. En palabras de este científico, las puertas para la existencia del alma están abiertas de par en par: “Sabemos lo que el observador hace pero no sabemos quién o qué cosa es el observador”.

Hoy recuperadas por la física cuántica, muchas de estas afirmaciones eran conocidas en la Antigüedad, como en el caso del “Catecismo de la química superior”, de Karl von Eckartshausen.

Nuestro cerebro: un ordenador que procesa información

A cada segundo, en una vida como la moderna llena de estímulos: nos bombardean enormes cantidades de información. El cerebro solo procesa una mínima cantidad de ella: 400 mil millones de bits de información por segundo. Los estudios científicos han demostrado que sólo somos conscientes de 2.000 mil de esos bits, referidos al medio ambiente, el tiempo y nuestro cuerpo. Así pues, lo que consideramos la Realidad, es decir, aquello que vivimos, es sólo una mínima parte de lo que en realidad está ocurriendo. ¿Cómo se filtra toda esa información?

A través de nuestras creencias: El modelo de lo que creemos acerca del mundo, se construye desde lo que sentimos en nuestro interior y de nuestras ideas. Cada información que recibimos del exterior se procesa desde las experiencias que hemos tenido y nuestra respuesta emocional procede de estas memorias. Por eso, los malos recuerdos nos impulsan a caer en los mismos errores.

Cómo romper con esos malos hábitos del pensamiento

El cerebro crea esas redes a partir de la memoria: ideas, sentimientos, emociones. Cada asociación de ideas o hechos, incuba un pensamiento o recuerdo en forma de conexión neuronal, que desemboca en recuerdos por medio de la memoria asociativa. A una sensación o emoción similar, reaparecerá ese recuerdo en forma de idea o pensamiento. Hay gente que conecta “amor” con “decepción” o “engaño”, así que cuando vaya a sentir amor, la red neuronal conectará con la emoción correspondiente a cómo se sintió la última vez que lo sintió: ira, dolor, rabia, etc. Según Joe Dispenza “si practicamos una determinada respuesta emocional, esa conexión sináptica se refuerza y se refuerza. Cuando aprendemos a “observar” nuestras reacciones y no actuamos de manera automática, ese modelo se rompe”. Así pues, aprender a “ver” esas asociaciones es la mejor manera de evitar que se repitan: la llave es la consciencia.

La mecánica de la erección

La mejor metáfora del pensamiento creador es el miembro masculino. Una sola fantasía sexual, es decir, un pensamiento erótico, es capaz de producir una erección, con toda la variedad de glándulas endocrinas y hormonas que participan en ello. Nada hay fuera de la mente del hombre pero, sin embargo, se produce un torbellino hormonal que desemboca en un hecho físico palpable. En el lado femenino, también el poder del pensamiento asociado al erotismo se convierte a menudo en hechos físicos, demostrando la capacidad del pensamiento para crear situaciones placenteras… o adictivas. Los más firmes defensores del poder de la visualización llegan a proponer que se puede obtener a través de ella casi todo lo que deseamos.

8/25/2010

Nuestra Luz para ANANTA

A veces pensamos que no somos merecedores de nuestras virtudes y solemos pecar de falsa humildad. Nos han enseñado que no está bien pensar que uno es demasiado bueno y a veces nos confundimos pensando que realmente no valemos  lo suficiente , y como "creer es crear" terminamos "creando" situaciones que nos lo confirman.
Es importante que descubramos nuestra verdadera esencia , que podamos brillar  en todo momento y lugar porque somos LUZ.
Por eso es tan importante que personas generosas y sabias como lo es nuestro querido Maestro ANANTA no enseñen, como él lo hace, que podemos valorarnos sin ningún tipo de vergüenza: permitiéndonos ver su luz nos permite ir haciéndonos conscientes de la nuestra . 
Desde aquí le mando Luz, Fuerza y Energía para que supere el duro trance por el que está pasando y os invito a que lo hagamos todos juntos, que unamos nuestra luz para que él la sienta y le ayude en su recuperación.
Quiero compartir con vosotros este texto que nos recuerda lo que en verdad somos y tanto nos cuesta reconocer.




"Nuestro temor más profundo no es que seamos inadecuados”
Nuestro temor más profundo es que somos enormemente poderosos.
Es nuestra luz y no nuestra oscuridad la que más miedo nos da.
Nos preguntamos, ¿Quién soy para ser brillante, precioso, dotado y fabuloso?
De hecho, ¿Quién eres para no serlo?
Eres un hijo de Dios, eres universal en todo su ser.
Empequeñecerte no sirve al mundo.
No es de “ser iluminado” encogerte para que otros no sientan inseguridades en tu presencia.
Nacimos para manifestar la gloria de Dios presente en nuestro interior.
No existe en tan solo algunos de nosotros.
Existe en todos y cada uno.
Y a medida que permitamos nuestra propia luz brille,
inconscientemente damos a otros
permiso para hacer lo mismo.
A medida que somos liberados de nuestro propio temor,
nuestra presencia automáticamente libera a otros."

Marianne Williamson, "A Return to Love" (Gracias a Toñi por compartirlo)

7/14/2010

La compasión y el REIKI

Quiero comartir este mensaje de FRANK ARJAVA PETERS, uno de los Maestros que ha desarrollado más el Reiki en nuestro tiempo y que me ha enviado mi Maestra de Reiki. Nos ayuda a entender que es la compasión, que esta empieza por uno mismo y como empezar a practicarla. Espero que os ayude y que lo disfruteis.

Queridos amigos:
 
Después de otro año viviendo lo impredecible, aquí les hablo de nuevo.  Durante estos meses he estado pensando sobre nuestro desarrollo personal con Reiki, de como uno va caminando y encontrando la felicidad.  En mi último newsletter escribí sobre como desarrollar la consciencia y esta vez quiero hablarles del siguiente paso en este camino, desarrollando la compasión.
 
Desarrollando la compasión
 
Si la consciencia es la semilla del desarrollo espitirual, la compasión es florecer.  Sin embargo, la compasión ha sido malinterpretado como algo enfocado y proyectado hacia otra persona.   La compasión es de hecho, algo que empieza en casa, con uno mismo  (si esto existiera?).
 
Asi que empezad con la consciencia, disciplinando la mente para identificar los patrones psicológicos, emocionales, culturales y colectivos.  Se consciente de lo que piensas y sientes, y observa todo lo que pasa dentro de tu corazón y mente desde la perspectiva del observador.  El comprender que no eres lo que piensas ni lo que sientes:  eres el cielo azul sobre el que proyectas todos los sueños de tu mente y tu corazón.
 
Cuando percibes con detalle lo que ocurre en tu cuerpo/ mente y alma, el corazón se purifica y se crea una distancia entre el observador y lo observado.  Dentro de estos espacios podrás ver tu naturaleza verdadera, pero ojo con sobre-estimar estos bellisimos momentos puntuales.  Hace muchos años, conocí un hombre maravilloso que pasó su vida entera entrenando en el Zen.  Un amigo común le habló de mi y él me preguntó si había llegado a alguna meta/ lugar en mi búsqueda de lo innombrable.  Yo contesté "No,  gracias a Dios".  Entonces, me dió un palmetazo en la espalda y me dijo "Muy bien,  sigue así.  En el momento en que crees haber llegado a un sitio estás engañándote.."   aún así, estos momentos de comprensión son preciosos y abren una puerta a otra dimensión.  En estos momentos trascendentales, recuerda la compasión.  Como mencioné antes,  empieza contigo mismo, y deja que la vida siga su curso.  Despertar es un proceso en el que estamos involucrados:  el loto está abriendo sus pétalos uno a uno.
 
Tonglén,  una técnica budista para generar compasión:
 
Se enseña que el histórico Buddha, cuando hablaba con sus monjes dijo:  cuando mediten recordad siempre la compasión.  En la tradición Buddhista hay una técnica que sugiere tomar estos pasos hacia la compasión:
 
1.-  Piensa el alguién al que amas e imagina que inhalas todo su sufrimiento y su dolor con compasión.  Cuando exhalas envíales bendiciones, salud, amor y felicidad.
 
2.- Piensa en alguién que te es indiferente e imagina que cuando inhalas, inhalas su sufrimiento y su pena con compasión.   Cuando exhalas envíales bendiciones, salud, amor y felicidad.
 
3.- Piensa el alguién que te disgusta e imagina que cuando inhalas, inhalas su sufrimiento y su pena con compasión.   Cuando exhalas envíales bendiciones, salud, amor y felicidad.
 
Puede que quieras experimentar con esto empezando primero con enviarte primero a ti mismo amor y compasión, antes de enfocarte a los demás.
 
Reiki el camino de la compasión
 
 
Ésta técnica mencionada arriba encaja bien dentro de las prácticas de Reiki ya que el símbolo mental/emocional  de la sanación representa Avalokiteshvara o Senjo Kannon,  el Bodhisattva de la Compasión.  Este Bodhisattva no es una deidad lejano, sino un potencial humana:  y confío en que cada uno de nosotros encontrará esta cualidad dentro de su corazón en algún momento.
 
Usui Sensei nos ha facilitado el poder enfocarnos en la compasión y encontrar nuestra naturaleza de Buddha.  En el Gokai, sus cinco principios sugieren que empieces por dejar tu ira marcharse y tus preocupaciones y lo reemplaces con gratitud.  Esta gratitud no necesita una razón de ser o ningún atributo - es un medio por si solo.  Una vez que has desarrollado la gratitud en tu corazón, tiendes a vivir responsablemente y haces lo que hay que hacer, más allá de tu voluntad personal y deseo.  Cuando esta actitud se ha desarrollado, el siguiente paso es compartir lo que has aprendido con tus semejantes, y pones en acción la compasión.  Usui Sensei encontró que una buena manera de vivir sus cualidades era dar y enseñar Reiki a otros, para ayudarles a alcanzar el sentido de su naturaleza original.
 
Cuando das sesiones o cuando enseñas Reiki,  enfoca la atención en desarrollar compasión.  Mira a las personas como la manifestación perfecta de lo divino - dios encarnándose.  A mi me ayuda tocar y ver a mis clientes/ estudiantes de la misma manera en que miro a mi mujer y a mis hijos.  De esta forma es fácil darles todo el amor y atención sin condicionamentos.  No hace falta cambiar ni mejorar a nadie para encajarlos con tus ideales - solo velos como son - y deja que la magia surja por si sola.
 
Recientemente pasé una semana maravillosa en Colombia con Mari Hall, quién me dijo que su hija le dijo  "Mamá, ahora entiendo lo que haces:  solamente les das amor!  Y éste es el secreto supremo, así de sencillo y posible para todos nosotros en cada momento de nuestra vida.  Elige lo correcto y hazlo ahora!

4/20/2010

Entre dos mares

Esta noche he soñado que estaba en una playa en la que las olas eran inmensas, en un momento me encontré que estaba situada en el centro de dos mares cuyas olas al encontrarse chocaban con impetú y yo tenía miedo a desaparecer entre ellas.
Yo repetía en voz alta " mira (no se muy bien a quién ) es increible son dos mares enfrentados".
Me desperté justo en ese momento y a oscuras tanteé una pequeña libreta y un bolígrafo que tengo en mi mesilla y escribí mi sueño casi a "tientas".
Ahora vuelve a mi mente este sueño y pienso en como esos mares pueden significar mis emociones encontradas y en medio de ellas mi miedo en última instancia mi miedo a la muerte, que no es más que miedo a la vida.
La vida sin la muerte no es nada , no exixte, e igual al contrario, pero nosotros negamos la muerte y al negarla negamos la vida y a nosotros mismos, porque ambas forman parte intrinseca de nuestra más pura esencia.
Siento que quzás esos dos mares de mi sueño sean  la vida y la muerte y yo en el centro con miedo a ambos.
Si fuésemos capaces de entender que las olas de ambas playas se unen, se encuentran, se buscan para formar un solo mar podríamos aceptar con tranquilidad la muerte, aprender a morir a cada instante con el objetivo de renacer, porque a cada minuto con cada pérdida ( de cariño , de personas , de etapas....) morimos un poco , y es solo tras esas pequeñas muertes, tras esas pédidas donde nos encontramos con nuevas emociones, nuevas personas, nuevas situaciones, y revivimos para avanzar en nuestra eterna VIDA con mayúsculas que incluye nuestras pequeñas vidas y muertes y nuestra muerte física final.
Quiero darme permiso, deseo darme la oportunidad de disfrutar de todas ellas, de encontrarme a gusto entre esas dos playas que no se enfrentan sino que se buscan para equilibrarse, para equilibrarme. Disfrutar de cada momento, sin pensar en la distancia que les queda a las olas para juntarse y yo con ellas. Permiso para equivocarme y rectificar, permiso para acertar y continuar, permiso para imaginar ¿porque no? que esas olas no chocan con fuerza si no que se aproximan suaves, tranquilas dejando tras de sí un agua azul clara y que se unen casi sin darse cuenta y yo me fundo en ese mar nuevo como una gota de agua más que ansía formar parte de ese mar  infinito...

3/17/2010

La pequeña alma y el Sol

Hoy he recibido este cuento que me ha encantado y que me gustaría compartir con vosotros. Me ha hecho volver a recordar, a "darme cuenta", de la luz que habita en todos y cada uno de nosotros, ójala sea capaz de tenerlo siempre presente...

HABIA UNA VEZ UNA pequeña Alma que dijo a Dios:

- ¡Ya se quien soy!

Y Dios le contesto:

- ¡Maravilloso! ¿Quieres eres?

La pequeña alma contestó a toda voz.

- ¡Soy la luz!

Dios sonrió ampliamente:

- Así es – exclamó - Tu eres la Luz.

La pequeña alma estaba feliz, porque había comprendido lo que todas las almas del reino trataban de entender.

-¡Hurra! ¡Esto es fantástico¡

Pero poco después ya no le bastó con saber quien era. Sentía cierta inquietud en su interior, porque quería ser lo que era. Así, la pequeña alma volvió a hablar con Dios (lo cual no es mala idea para todas las almas que quieren ser Quienes Son realmente), para comunicarle sus ideas:

-¡Hola, Dios! Ahora que ya se quien soy, ¿es bueno serlo?

Dios respondió:

-¿Quieres decir que deseas ser Quien Ya Eres?

-Pues... veras. Una cosa es saber Quien soy, y otra muy distinta es serlo realmente. Quiero sentir como es ser la luz.

-Pero si ya eres la luz -Repitió Dios, sonriendo otra vez-.

-¡Si, pero quiero saber como se siente serlo! -exclamo la pequeña alma.

-Creo que debí imaginármelo -repuso Dios, riendo-, Tu siempre has sido la más aventurera- y, tras un instante, la expresión de Dios cambió- Pero hay una cuestión...

-¿Que es? pregunto la almita.

-...Que no existe otra cosa además de la luz. No creé otra cosa que lo que tú misma eres. Así, no hay un modo sencillo para que experimentes Quien eres, puesto que no hay nada que no seas.

-¿Como?- repuso la Pequeña Alma inocente, estaba un poco confundida.

-Piénsalo de este modo. Eres como una vela en el sol. Ya estas allá, junto con millones y millones de otras velas que forman el sol.

Y el sol no podría serlo sin ti, porque le faltaría una de sus velas, y así no podría brillar tanto. Pero saber que eres la luz estando dentro de la luz... ese es el problema.

-Tú eres Dios, ¡ya se te ocurrirá algo!

Dios volvió a sonreír:

-Ya pensé en algo. Puesto que no puedes sentirte la Luz al estar en ella, te rodeare de oscuridad.

-¿Qué es la oscuridad?

-Es aquello que tú no eres.

-¿Tendré miedo de la oscuridad?- gimió la almita.

-Solo si así lo quieres- respondió Dios- A decir verdad, no hay nada que temer, a menos que así lo decidas. Nosotros inventamos todo eso. Fingimos.

-¡Ah!- exclamo la pequeña alma, que ya se estaba sintiendo mejor.

Entonces Dios explico que, para poder experimentar cualquier cosa, se requiere de su opuesto.

-Ese es un gran don, porque sin el no podrías conocer como es todo lo demás. No podrías saber que es lo Caliente sin lo frío, el Arriba sin el Abajo, lo Rápido sin lo lento. No podrías saber que es la izquierda sin la derecha, el Acá sin el Allá, el Ahora sin el Después. "Y así - concluyo Dios -, al verte envuelta en la oscuridad, no cierres el puño ni alces la voz para maldecirla.

"Mas bien, sé Luz entre las tinieblas, no te enojes por ello. De ese modo sabrás Quien Eres Realmente, y también los demás, lo sabrán.

Permite que tu luz brille para que todos sepan que eres alguien muy especial.

-¿Quieres decir que esta bien que los demás sepan que soy alguien muy especial?- inquirió la Pequeña Alma.

-¡Por supuesto!- rió Dios- ¡Esta muy bien! Pero recuerda que "especial" no quiere decir "mejor". ¡Todos son especiales, cada uno a su modo! Pero hay muchos que no lo recuerdan.

Entenderán que esta bien que sean especiales solo cuando tu mismo sepas que esta bien ser especial.

- ¡Fantástico! - exclamo la almita, quien bailaba, reía y daba saltos de felicidad.- ¡Puedo ser todo lo especial que quiera!

- Si, y puedes serlo a partir de ahora mismo - agrego Dios, quien bailaba y saltaba y reía con la pequeña Alma.- ¿Que parte de lo especial quieres ser?

- ¿Qué parte de lo especial? No te entiendo.

- Veras... - le explicó Dios- : ser la Luz es ser especial, y eso esta hecho de muchas partes. Ser generoso es ser especial. Ser amable es ser especial. Ser creativo es ser especial. Ser paciente es ser especial. ¿Se te ocurren otros modos de ser especial? La pequeña Alma quedo en silencio por un instante:

- ¡Se me ocurren muchas formas de ser especial! - Exclamó luego - Es especial ayudar a los demás. Es especial compartir. Y ser amistoso también es ser especial. ¡Ser considerado con los demás es ser especial!

- ¡Así es! - concordó Dios. - Y tú puedes ser todas esas cosas, o cualquier otra parte de lo especial que desees ser, en cualquier momento. Eso significa ser la Luz.

- ¡Ya se lo que quiero ser! - anuncio la Pequeña Alma, muy emocionada. - Quiero ser la parte de lo especial llamada "perdonar". ¿No es especial perdonar?

- Oh, si - aseguro Dios - Eso es muy especial.

- Entonces, eso quiero ser. Quiero perdonar. Quiero experimentarme a mi misma de ese modo.

- Bien - dijo Dios - Pero hay algo que debes saber. - La Pequeña Alma comenzaba a impacientarse. Parecía que siempre había complicaciones –

- ¿De que se trata? - suspiró.

- No hay nadie a quien perdonar.

-¿Nadie? - la Pequeña Alma apenas podía creer lo que estaba oyendo.

-¡Nadie! - repitió Dios - Todo cuanto hice es perfecto. No hay una sola alma en toda la creación que sea menos perfecta que tu. Mira a tu alrededor.

Entonces la Pequeña Alma se dio cuenta de que se había reunido una gran multitud. De todo largo y ancho, de todos los rincones del Reino, habían venido almas, porque se había corrido la voz de que la Pequeña Alma sostenía una extraordinaria conversación con Dios, y todos querían oír lo que decían. Viendo a las incontables almas reunidas, la almita tuvo que coincidir: nadie parecía ser menos maravilloso, menos magnifico o menos perfecto que ella misma. Tal era el esplendor de las almas reunidas y tan brillante era su Luz, que la Pequeña Alma apenas podía sostener su mirada.

-¿A quien perdonar entonces? - pregunto Dios.

-¡Oh, creo que esto será muy aburrido!. - Gruño la almita - . Quería experimentarme como El Que Perdona. Quería saber como es esa parte de lo especial.

Y, así, supo como es estar triste. Pero entonces un Alma amistosa salió de entre la multitud:

- No te preocupes Pequeña - le dijo- Yo te ayudaré.

-¿De verdad? - replicó, con el rostro iluminado - ¿Pero que puedes hacer?

- Puedo darte a alguien para que lo perdones.

-¿Puedes?

- ¡Desde luego! - canturreo el Alma amistosa - Puedo ir a tu siguiente vida y hacer algo para que lo perdones.

- Pero... ¿Por que habrías de hacerlo? - preguntó la Pequeña Alma---. ¡Tú que eres un Ser de tan absoluta perfección! Tú que vibras con gran rapidez creando una luz tan brillante que apenas puedo verla! ¿Que podría hacer que frenaras tu vibración hasta que tu luz se hiciera oscura y densa? ¿Que podrías hacer tú, que eres tan ligera como para bailar en las estrellas y desplazarte por el Reino a la velocidad del pensamiento, entraras a mi vida y te volvieras pesada como para hacer una cosa tan mala?

- Es muy fácil - repuso el Alma Amistosa- Lo haría porque te amo.

A la Pequeña Alma le sorprendió la respuesta.

- No te asombres - le dijo el Alma Amistosa - Tu hiciste lo mismo por mi. ¿No lo recuerdas? Hemos bailado juntas muchas veces, por eones y eras. Durante todos los tiempos y en muchos lugares hemos jugado juntas. Simplemente no lo recuerdas, Ambas hemos sido todas las cosas. Ya fuimos el Arriba y el Abajo, la Izquierda y la Derecha. Fuimos el Acá y el Allá, el Ahora y el Después, Fuimos lo Masculino y lo Femenino, lo Bueno y lo Malo. Tú y yo Fuimos la victima y el villano.

-Así, nos hemos reunido muchas veces – continuó - la una dando a la otra la oportunidad exacta y perfecta para expresar y experimentar Quienes Somos Realmente.

De ese modo - añadió el Alma Amistosa - llegaré a tu próxima vida y seré el "malo". Haré algo realmente terrible, y entonces podrás experimentarte como El Que Perdona.

-¿Que harás? - preguntó la Pequeña Alma, un poco nerviosa - ¿Que puede ser tan terrible?

- Oh, ya pensaremos en algo - replicó el Alma amistosa, con un guiño. Segundos después, pareció tornarse muy seria y murmuro:

- Tienes razón en algo.

-¿En que? - quiso saber la almita.

- Tendré que frenar mi vibración y hacerme muy pesada para hacer ese algo no tan bueno, Fingiré que soy alguien muy distinto a quien realmente soy. Por eso te pediré un favor a cambio.

- ¡Si, lo que quieras - exclamó la Pequeña Alma y comenzó a cantar y bailar - Podré perdonar, podré perdonar!

Pero noto que el Alma Amistosa seguía muy callada.

-¿Que quieres? - le pregunto- ¿Que puedo hacer por ti? ¡Eres todo un ángel por estar dispuesta a hacer tal cosa por mi!

- ¡Claro que el Alma Amistosa es un ángel! - interrumpió Dios- ¡Todos lo son! Siempre recuerda eso: que sólo Ángeles os envío.

Y así, la Pequeña Alma quiso más que nunca satisfacer la petición del Alma amistosa:

- ¿Que puedo hacer por ti? - volvió a preguntar.

- En el momento que te golpee y te despedace - repuso el Alma Amistosa - Cuando te hago lo peor que pudieras imaginarte, en ese mismo instante...

- ¿Que? - interrumpió la Pequeña Alma - ¿Que...?

El Alma amistosa esta aun más seria:

- Recuerda quien soy realmente.

-¡Si, así será! - exclamó el Alma Inocente - ¡Te lo prometo! Siempre te recordaré tal y como te veo aquí y ahora.

- Muy bien - repuso el Alma Amistosa - porque pondré tanto empeño en fingir, que olvidare quien soy. Y si tú no me recuerdas como soy realmente, no podré acordarme durante mucho tiempo. Y si olvido quien soy, incluso tú olvidaras Quien Eres, y las dos estaremos perdidas. Entonces necesitaremos que venga otra alma para que nos recuerde a Ambas Quienes Somos.

- ¡No, no será así! - prometió otra vez la Pequeña alma - ¡Te recordaré! Y te agradeceré por darme ese don, la oportunidad de experimentarme como Quien Soy.

Así acordaron, y La Pequeña Alma fue hacia una nueva vida, emocionada por ser la Luz, que era muy especial, y por ser esa parte de lo especial que se llama Perdonar. Y esperó ansiosamente poder experimentarse como Perdón y agradecer lo que hiciera la otra alma para que fuera posible. En todo momento de esta vida, cada vez que apareció en escena una nueva alma, ya fuera que trajese felicidad o pesar (y especialmente si traía pesar), la Pequeña Alma pensó en lo que Dios le dijo:

"Siempre recuerda que no os envío mas que Ángeles"

2/19/2010

Si la vida te habla ...escucha

La vida nos habla a cada momento de muy distintas maneras, intentando enseñarnos el camino a seguir y que aprendamos lo que hemos venido a aprender de la manera menos dolorosa posible, poniéndonos delante vivencias que nos ayuden a ello, pero en la mayoría de las ocasiones miramos para otro lado precisamente por miedo a sufrir.

Es ese no querer enfrentar la vida lo que hace que aparezcan finalmente situaciones que necesariamente tenemos que vivir, queramos o no, ante las cuales podemos hundirnos y seguir evitando cualquier acción al respecto o podemos reaccionar e intentar aceptar la situación, comprenderla y a partir de ahí actuar para aprender las lecciones que nos permitan evolucionar.

La vida nos habla con situaciones que se repiten constantemente, ante las que siempre actuamos de la misma manera y que no somos capaces de gestionar como realmente nos gustaría. Pero no escuchamos debido a las prisas por demostrar lo que siempre nos han dicho que debemos ser:  los mejores en todo, conseguir que todos nos quieran, nos valoren y en el fondo no sentirnos abandonados.
Entonces llega un momento en que la vida nos habla de otra manera, busca la forma de hacernos parar, que por primera vez dejemos de oir los ruidos de fondo en la carrera y podamos escucharnos a nosotros mismos y a la vida que fluye en nuestro interior.

En esos momentos sentimos que pasamos por una profunda crisis física o emocional, pero es importante "darnos cuenta" que en realidad estamos en uno de los mejores momentos de nuestra vida, porque si aprovechamos la oportunidad y escuchamos lo que la vida quiere decirnos, con consciencia, será una oportunidad de crecimiento, transformación y evolución….

Presta atención y si la vida te habla...escucha...